El próximo sábado, se cumplirá la prueba Ineos 1:59, la que tiene como total protagonista al keniata Eliud Kipchoge. La cita es en la ciudad de Viena, y tendrá lugar en el parque vienés del Prater, en un circuito completamente llano de 9,6 kilómetros, en el que la inmensa mayoría del recorrido se plantea recto, estos detalles pretenden generar mayor nivel de velocidad en la performance del retador.
Hablamos de un recorrido de 4,3 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. En ambos extremos hay dos amplias rotondas que han sido adaptadas para evitar cualquier desnivel.
El Ultramaratonistas correrá solo pero apoyado por 41 'liebres', las que impulsarán con su presencia promoviendo la continuidad rítmica y servirán además como condimento al show. Sin dudas una parte importante es el circuito sumado al contexto y al clima, para la logística de este evento gestado hace meses en la mente de Eliud .
Kipchoge, arribó este martes a Viena proveniente de Kenia, en donde como de costumbre desarrolló todo su entrenamiento. Hoy adaptado a la ciudad, primer requisito de base, estableció una alimentación apta para fortalecer sus condiciones físicas, la que busca potenciar todo el recorrido hecho hasta ahora para la instancia de la prueba final.
Recordemos que el atleta, de 34 años, solo ha sido derrotado en una ocasión de un total de once maratones -con un segundo puesto en Berlín 2013-, y es dueño del récord del mundo, con 2h:01:39, una marca que el etíope Kenenisa Bekele se quedó a 2 segundos de romper en el maratón de Berlín el pasado 29 de septiembre.
Los organizadores del reto que pretende derribar el muro de las dos horas -uno de las míticas barreras del atletismo- han fijado la carrera definitivamente este sábado por las favorables condiciones climáticas punto evaluado en todo el proceso.
Falta cada vez menos, y como ya comentamos anteriormente , de conseguir el número preciado , el mismo no tendrá validez sobre ningún tipo de registro internacional reconocido ... pero qué importa si efectivamente el sábado 12 nace finalmente el mito.
Kommentare