La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola.
Tenía manos, pero no tenia a quién tocar.
Tenía boca, pero no tenía con quién hablar.
La vida era una, y siendo una era ninguna.
Todos somos seres sociales y culturales, personas que se mueven. Desde el principio lo social esta presente, alguien nos sostiene, nos abriga, nos da calor. De alguna manera somos en relación a la mirada de ese otro.
Por definición somos seres en relación y en movimiento. Vamos de a poco dejando de depender de los brazos de alguien para erguirnos sobre nuestros propios pies para ser.
Esa capacidad nos da la oportunidad de abrirnos a un nuevo mundo y descubrir. Quienes no lo pueden hacer fisicamente lo hacen con sus otros dones y sentidos, pero todos nos movemos. La vida es por defecto un devenir, que nos ubica en un lugar distinto al del inicio indefectiblemente. Parte del movimiento se conjuga con el tiempo.
Trasladarnos es una condición innata, la tienen los animales, las tenemos nosotros, es lo que nos permite, después del deseo o la necesidad, ir detrás de lo que queremos.
Todo eso transcurre dentro de una sociedad, somos nosotros con otros, construyendo una cultura y una identidad . El ser humano, es un ser social porque esta dotado de razón para conocer y de un lenguaje a través del cual se expresa, se relaciona y comunica. Así por lo menos lo hemos entendido hasta ahora y esa ausencia se hace presente en cada latido todos los días, el contacto.
Hoy nuestro andar esta limitado, nuestros días transcurren apartados de nuestro costado social, aislados.Estamos aprendiendo una nueva manera de ser y de movernos . Algo único esta sucediendo. Descubrimos otros códigos de relación, otra manera de ser y de estar, nos toco cambiar la perspectiva de las cosas.
Las consecuencias aún son desconocidas, pero se están gestando en todos los aspectos de nuestras vidas, principalmente dentro nuestros, no hay que negarse a eso, solo hay que asumir que sucede y estar dispuestos...A qué? No sé.
Final sin remate, esta como el mundo, en proceso.
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