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SER UNO MISMO


La historia de Jean Maggi, nos revela que frente a los límites, los primeros que tenemos que derribar prejuicios somos nosotros.



Quiero recomendarles el documental “El límite infinito”, podríamos decir lo que muchas reseñas comentan sobre el documental que actualmente emite la plataforma de Netflix, sobre la vida del atleta cordobés que llegó al Himalaya, con su bicicleta de mano atravesando una historia de discapacidad que le transformó la vida.


Pero no solo les recomiendo este documental para conocer a su protagonista, un hombre que redefinió su vida a golpes y aprendizaje, sino que les pido que lo vean fundamentalmente, porque cuando Jean repasa su historia, nos interpela como sociedad.


Uno no puede dejar de conmoverse frente a alguien que ante un obstáculo, o múltiples adversidades, decide emprender el camino de la lucha, mucho menos cuando ese camino, lo lleva a encontrar una salida personal, pero además lo guía por un sendero de empatía frente a otros que atraviesan historias similares.


A muy temprana edad, vemos cómo Jean, se encuentra con la primer piedra en su trayecto, una vacuna que lejos de ser el antídoto contra la polio se convirtió en una de las principales razones de su causa, estoy sintetizando y mal seguramente, pero no les voy a contar detalles porque quiero que lo vean. Rescato este primer punto, porque este dato, nos pone frente a un tipo que a pesar de lo que le ocurrió, es pro vacuna, con la capacidad de poner en perspectiva una situación y analizar racionalmente lo que le tocó, sin viciar de sesgos su criterio.


En muchos fragmentos, uno puede imaginar un proceso con altos y bajos, mucho aprendizaje, dolor, y también enojo, de cara a la discriminación de una sociedad que lo que no comprende, no dimensiona, lo excluye, lo invisibiliza o lo que es peor lo desprecia. Este es un rasgo social, que se repite no sólo con la discapacidad sino con otros temas, que marcan diferencias entre las personas, la identidad, la cultura, la etnia, las creencias, etc. , "el otro", si no entra en los cánones que la sociedad nos impuso se presenta como un sujeto capaz de incomodarnos. Nos cuesta apreciar la singularidad, condición per se de la existencia humana. Hay algo en lo distinto, que nos pone casi a la defensiva y en jaque, porque nos enfrenta a nuestra propia incapacidad, nos descoloca, y muchas veces, lejos de tener una mirada de empatía y comprensión, respondemos con actitudes de discriminación y desvalorización.


Maggi y varios de los protagonistas que lo acompañan a lo largo de su vida, menciona el término “pobrecito”, como un mote, un karma, una etiqueta a derribar, pero también por momentos se convierte en una consigna a refutar, … “mira donde llegó el pobrecito”, dice Jean en su ascenso a la montaña más alta del mundo. El “pobrecito”, rebota en mi cabeza, como una exclamación que le imponemos a muchos, como sentenciando su destino, sin saber el mal que causamos, por suerte Jean se reveló a eso y logró ser lo imposible, un atleta con muchos logros en su vida.


Jean como parte de esta sociedad, relata cómo atravesó, su propia exclusión y auto discriminación, una trampa en la que es difícil no caer. Existe un acontecimiento clave que marcó su vida, e inició el proceso de cambio, sobre todo en su descubrimiento deportivo, hay varios momentos de quiebre, esto no es un detalle menor, porque para salir de un lugar de "aparente comodidad", siempre se requiere de voluntad y determinación. Cuando uno no aceptar lo que es, (esto corre para todos), no puede ver lo que tiene, ni lo que puede llegar a ser, entonces en ese punto, todos caemos en el boicot constante, porque estamos vacío, porque nada, ni nadie llena lo que no podemos llenar nosotros. La película, (la personal y la que nos propone Jean) siempre empieza en uno, y lejos de ser un concepto egoísta creo que es el más revelador de todos, si no nos amamos nosotros mismos, si no aceptamos lo que somos, real y auténticamente, difícilmente veamos el amor de los que nos rodean y cambiemos la perspectiva sobre las cosas.


La historia del Himalaya dicho por quienes lo aman modificó otra vez su vida, pero en otra dimensión, pasó de la lógica personal, al plano social de su propio aprendizaje. Cuando uno se expone a situaciones límites, y se da cuenta que el límite siempre se puede correr un poco más, tanto como nosotros definamos correrlo, derribamos un muro importante. Porque nos damos cuenta que los límites están en nuestra cabeza, Jean dice en un fragmento del documental, “el día que me puse de pie, me di cuenta que toda mi vida había estado de pie”, agregaría a esto …, solo le faltaba verlo. Hay distintas manera de llegar a la meta, el tema es cómo seguir con lo vivido.


Esta experiencia, según comenta, le permitió desplazar el foco puesto en el yo, para dejar lugar al ellos, encontrando otra misión, motivar a otros para transformar sus vidas. Jean se convirtió en el impulsor, hoy mentor de una fábrica de bicicletas adaptadas, llamada Super Adaptados La fábrica, que además le da trabajo a chicos con discapacidad, pero desde un rol emprendedor, siendo protagonistas de ese desarrollo, motorizando un proyecto laboral con responsabilidad y compromiso. El objetivo es donar bicis a chicos y jóvenes con discapacidad motriz, buscando impactar en sus vidas.


Pero su compromiso, no termina ahí, se ve proyectado en el trabajo que realiza desde la Fundación JeanMaggi.Org , con el objeto de cambiar el concepto de la discapacidad, brindar acceso, igualdad, aportar un mensaje revelador, “el movimiento para una persona con discapacidad se transforma en algo mágico” , y hace que todo cambie a su alrededor. Mucho habla él de esto , de lo que significó la primera bicicleta en su vida, lo que representa en la vida de cualquier persona lograr el movimiento, desde distintos aspectos, independencia, autonomía, propósito.


El deporte otorga oportunidades, lo decimos siempre, en cada historia que repasamos sea cual sea esa realidad, vemos su capacidad para enfrentar retos, grandes y pequeños, es un canal, que trae múltiples beneficios a la vida de quienes lo practican, cabeza y cuerpo se potencian. No dejen de ver “El límite infinito”, a mí me llegó, y me hizo pensar en muchos aspectos de la vida, espero que a Uds. también, cuando vean a Jean contando su historia en primera persona, les aseguro que valoraremos mucho más lo que tenemos, y si creemos que algo nos falta seguro iremos detrás de ello.


Les dejamos el tráiler del documental y los invitamos a seguirlo a él, a la fábrica, y a su fundación en redes sociales, todos podemos ayudar en esta causa.





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