Correr desde pequeños

Mucha veces uno quiere transmitir a otros, aquellos que nos dio alguna satisfacción, como una manera de extender nuestra propia vivencia y hacer que más se sumen a experimentar lo que vivimos, como potencial o valor.

Las cosas que disfrutamos tienen en algún punto el talento de hacernos mejores y si somos personas sociables, seguramente vamos a querer que muchos más atraviesen el mismo camino . Se me ocurre, que a los primeros que uno quiere transmitir sus pasiones o sus gustos, son a los hijos, como una manera también de compartir y motivar al intento.

Pero además el deporte puede llegar por otras vías, la escuela, el club, etc., cada vez que hablo con un corredor que ha iniciado esta travesía de pequeño, el relato deriva en la importancia del deporte como agente motivador, pero también como salvoconducto. Correr en muchos relatos, se traduce como una oportunidad, un escape o simplemente una manera de encontrar un lugar de crecimiento y superación.

Por dónde empezar ...

Si hablamos de lo ideal podríamos decir que la edad para que un niños inicien a correr es a los 6 años, en esta etapa ya tienen mejor coordinación, estabilidad y control de sus movimientos, además de que ya pueden lograr captar más la atención de su entrenador y ejecutar correctamente las indicaciones del programa de entrenamiento.

Lo importante, como en cualquier cosa que iniciamos, debe hacer de esos primeros pasos una buena experiencia, y eso se logra con un buen programa de entrenamiento, con objetivos que eduquen y enfoque las energías para el logro de sus metas de una manera entretenida.

Fomentar en los niños, lo lúdico a demás de la disciplina, es uno de los pilares de cualquier deporte. El hecho de que el niño tenga una buena experiencia no quiere decir bajar las exigencias, desde pequeños se les debe guiar, pero ambas situaciones, el divertimento y la disciplina, deberían ir de la mano.

Otra cosa que se debe tener en cuenta es que las distancias en entrenamientos y a nivel de competencia deben estar en consideración a la edad de los menores, no podemos pretender que lleven adelante una rutina similar a la de los adultos. Se deben respetar los procesos biológicos y fisiológicos de la etapa de desarrollo y crecimientos que cada uno atraviesa, de lo contrario, se pueden generar lesiones y descompensaciones por el esfuerzo que le están exigiendo a su cuerpo.

Hablemos del Talento ...

Hay niños que nacen con talento y hay otros que se hacen talentosos, para los del primer grupo hay que saber enfocarlos y a los del segundo, es cuestión de desarrollarles la habilidad. Para que un niño talentoso sobresalga es necesaria la disciplina y el trabajo , con esos hábitos es fácil identificar cuando un niño tiene talento. El entrenamiento mental en los niños es más fácil que en los adultos, porque están en una etapa en donde todavía no experimentan muchas sensaciones y no le tienen miedo a nada.

El entrenamiento en la etapa infantil debe de ser muy general y un poco de parte específica, conforme van creciendo hasta la etapa adulta se va incrementando lo específico. El objetivo principal en la etapa infantil es mejorar su coordinación, movilidad, flexibilidad, equilibrio y con ello, irles desarrollando sus habilidades.

Saber escuchar ...

Lo principal es entender las preferencias y capacidades de los niños, si en realidad tiene la capacidad y es el deseo de practicar atletismo, hay que buscar a un entrenador que tenga la experiencia necesaria para llevarlo por un proceso de formación ideal que le entusiasme y motive a continuar en este deporte.

Siempre son importantes en estas instancias las personas que rodean a los chicos en los procesos de motivación. Recuerden que esta etapa es formativa, ya que es cuando se determina su personalidad y carácter, por eso mientras el disfrute este en la práctica de la actividad seguramente las cosas fluirán de la mejor manera, si en cambio notamos que se torna una obligación y una exigencia con valores negativos, será momento de probar con otras actividades y gestionar otros gustos.